No quiero despedidas, ni abrazos rotos, ni buenos deseos salidos de la nada, ni lagrimas ansiosas porque digas adios. Besos que no duraron, carisias que no fueron suficientes, amor que no fue consistente. Tantas cosas que no fueron y que nunca llegaran a ser, entre tu espalda y el camino no queda mucho que pensar, suspiro mientras miro como te alejas y contigo te llevas el sonrojo de mis mejillas. Solo me queda despedirte con una sonrisa roto y pestañas sinceras.
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