Que le paso a la niña de hablar pausado y moderado, a la pequeña de pocos amigos y solitaria... siempre con una sonrisa aunque no tuviera un motivo válido para tal acción, con ojos melancólicos y pies burbujeantes que querían ir a un mundo remoto donde nadie pudiera hacerle daño y molestar sus pensamientos absurdos.
Ya ha pasado un tiempo desde que no veo a la niña de ojos melancólicos y sonrisa sin motivos jugando solitaria a las muñecas, ya no he vuelto a ver a la pequeña niña con esperanzas de un mundo mejor. Me acerco al espejo y ya no puedo ver a la pequeña damita, solo veo a una mujer con ojos vacíos y sin razones para esperar algo de la humanidad. Sus pies no burbujean por ir a su mundo como los de la pequeña niña, ya han olvidado el camino, sus muñecas ya no hablan en su mente ahora solo pertenecen a una caja llena de polvo. Ya no veo a la niña que solía ver en este espejo, se ha perdido entre tanta solidad, entre las manos de aquellos que le han quitado su corazón.
He intentado ir a los sitios que la pequeña damita solía visitar, pero han perdido el brillo desde que ella no pisa con sus pies burbujeantes ese suelo estrellado, pero a ella ya no ya no la he vuelto a ver por este camino, solo puedo ver a esa mujer de piel marfil y ojos decaídos, con mirada ausente, ella intenta buscar a la niña de su infancia para devolver el corazón que le han arrancado.
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