lunes, 8 de abril de 2013

Holocausto.

Hubo un homicidio en esta cama, el holocausto de este amor masoquista y amorfo. Las apuñaladas venían acompañadas de gemidos, caricias y besos; la última en compañía de un adiós que rompió las ventanas, una muerta sádica, elegante y sangrienta, comparada con los asesinatos de Ted Bundy o el asesino de la dalia negra, la escena del crimen tu cama, y el arma seguía enterrada en nuestros corazones, huimos, dejamos todo desordenado esperando nunca volver y con la esperanza de cambiar de opinión.

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