Ese día ya había empezado mal
Tomábamos té aunque sabia que lo odiabas.
Esa tarde dijiste -"ojala y esta vez fuesen payasadas"- sonreíste. Con una de esas sonrisas que se parecen al mar muerto en su sepelio.
No dije nada, te tome de la mano; empezaba a sonar tu canción favorita de the beatles "sometin" como le decías tu para sacarme una sonrisa pero esta vez no.
Esta vez solo quería tomar tu mano y olvidar tus palabras.
Me besaste y sabia a té. Dijiste "tome té hoy porque, te gusta su sabor"
Me volviste a besar pero esta vez ya no me sabias.
"Si cada uno de los instantes de nuestra vida se va a repetir infinitas veces, estamos clavados a la eternidad como Jesucristo a la cruz. La imagen es terrible. En el mundo del eterno retorno descansa sobre cada gesto el peso de una insoportable responsabilidad." Milan Kundera.