miércoles, 15 de octubre de 2014

Eterno retorno.

Ese día ya había empezado mal

Tomábamos té aunque sabia que lo odiabas. 

Esa tarde dijiste -"ojala y esta vez fuesen payasadas"- sonreíste. Con una de esas sonrisas que se parecen al mar muerto en su sepelio. 
No dije nada, te tome de la mano; empezaba a sonar tu canción favorita de the beatles "sometin" como le decías tu para sacarme una sonrisa pero esta vez no. 

Esta vez solo quería tomar tu mano y olvidar tus palabras. 

Me besaste y sabia a té. Dijiste "tome té hoy porque, te gusta su sabor" 
Me volviste a besar pero esta vez ya no me sabias.

"Si cada uno de los instantes de nuestra vida se va a repetir infinitas veces, estamos clavados a la eternidad como Jesucristo a la cruz. La imagen es terrible. En el mundo del eterno retorno descansa sobre cada gesto el peso de una insoportable responsabilidad." Milan Kundera.

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